Jinks
V.I.P.
El juez la considera culpable de atentado contra la autoridad y lesiones, por lo que deberá indemnizarle con 5.000 euros
María Soledad E.H. irá a la cárcel por haberle pegado una paliza a una profesora de su hija. Al juez no le ha temblado el pulso y en una sentencia fechada el pasado día 3, que fue notificada a las partes la semana pasada, condena a la mujer a dos años y un día por el delito de atentado contra la autoridad, a un año y tres meses por lesiones, a una multa de 150 euros por una falta de amenazas y a indemnizar a la docente con 5.089,1 euros por la baja médica que le provocó el ataque y las secuelas que le dejará. Se trata de una resolución que no tiene precedentes en Euskadi y que acepta en la mayoría de los puntos las tesis del ministerio fiscal y de los servicios jurídicos del Gobierno Vasco, que se había personado en la causa como acusación.
«Esta sentencia marca un antes y un después», se felicitaba ayer el letrado que impulsó el proceso, Mikel Casas. Desde el Departamento de Educación también se esperaba una resolución contundente y ejemplificadora, aunque su dureza incluso ha sorprendido a la Inspección. Eso sí, se espera que tenga «efectos disuasorios» para atajar unos comportamientos que han dejado de ser anecdóticos y que cada vez preocupan más en los colegios vascos.
La pena impuesta a María Soledad E.H. supondrá su efectivo ingreso en prisión porque «es superior a dos años y, además, la mujer tiene antecedentes», explica Casas. De hecho, la reincidencia como agravante ha sido determinante para que se haya llegado a esta resolución: ya había sido condenada por atentado contra la autoridad a un año y dos meses de cárcel en 2003, pero no entró en prisión al no tener entonces antecedentes. Ahora, eso cambia.
El magistrado del Juzgado de lo Penal número 4 de Bilbao, Florián Javier Rangel, acepta la versión de los hechos ofrecida por los testigos de la acusación. El incidente se produjo el 4 de febrero de 2009 sobre las 11.45 horas en el colegio de Txurdinaga, en la capital vizcaína. Varios alumnos de Infantil, de tres a seis años, estaban en le patio. Entre ellos, la hija de María Soledad. La mujer se dispuso a dar a la pequeña un huevo de chocolate, lo que provocó que la profesora M.C.P.S., «en el ejercicio de sus funciones en ese momento pues cuidaba de los niños», interviniese para decirle que no podía estar ahí ni tampoco dar a la niña alimentos, ya que va contra las normas del centro.
Actitud «despreciable»
Pese a la advertencia, y según relata el juez como hechos probados, la ahora condenada insistió en dar a su hija la chocolatina, de modo que la profesora optó por llevarse a los niños a otro lugar. Fue entonces cuando la docente «fue acometida -por María Soledad- tirándole del pelo y propinándole puñetazos y patadas hasta que la profesora cayó al suelo, donde continuó agrediéndola de la misma forma la acusada, a la vez que se dirigía a la educadora con palabras tales como 'hija de P***, cabrona, te voy a matar'».
Fruto de este ataque la maestra sufrió «lesiones consistentes en policontusiones con artritis traumática» en dos dedos de la mano derecha, «hematoma en el muslo derecho, en la cara externa del muslo izquierdo, contusión en el pómulo derecho y erosiones en ambas manos». Necesitó de rehabilitación, estuvo más de dos meses de baja, y como secuelas le queda dolor en uno de los dedos dañados y coccigodinia (dolor en el coxis).
La defensa de María Soledad había argumentado que ella no sabía de la condición de docente de la mujer con la que había tenido la discusión, ya que llevaba un abrigo que le ocultaba la bata. No se creyó el juez este pretexto y concluye que «la acusada conocía, simultáneamente a su despreciable e injustificado acometimiento, la condición de profesora de la lesionada».
Además, recuerda que María Soledad estaba en ese momento acompañada por su cuñada, quien rechazó acudir al juicio para testificar a su favor.
Contra la sentencia cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Bizkaia, que deberá ser presentado antes del próximo 2 de noviembre.
fuente: diariovasco
María Soledad E.H. irá a la cárcel por haberle pegado una paliza a una profesora de su hija. Al juez no le ha temblado el pulso y en una sentencia fechada el pasado día 3, que fue notificada a las partes la semana pasada, condena a la mujer a dos años y un día por el delito de atentado contra la autoridad, a un año y tres meses por lesiones, a una multa de 150 euros por una falta de amenazas y a indemnizar a la docente con 5.089,1 euros por la baja médica que le provocó el ataque y las secuelas que le dejará. Se trata de una resolución que no tiene precedentes en Euskadi y que acepta en la mayoría de los puntos las tesis del ministerio fiscal y de los servicios jurídicos del Gobierno Vasco, que se había personado en la causa como acusación.
«Esta sentencia marca un antes y un después», se felicitaba ayer el letrado que impulsó el proceso, Mikel Casas. Desde el Departamento de Educación también se esperaba una resolución contundente y ejemplificadora, aunque su dureza incluso ha sorprendido a la Inspección. Eso sí, se espera que tenga «efectos disuasorios» para atajar unos comportamientos que han dejado de ser anecdóticos y que cada vez preocupan más en los colegios vascos.
La pena impuesta a María Soledad E.H. supondrá su efectivo ingreso en prisión porque «es superior a dos años y, además, la mujer tiene antecedentes», explica Casas. De hecho, la reincidencia como agravante ha sido determinante para que se haya llegado a esta resolución: ya había sido condenada por atentado contra la autoridad a un año y dos meses de cárcel en 2003, pero no entró en prisión al no tener entonces antecedentes. Ahora, eso cambia.
El magistrado del Juzgado de lo Penal número 4 de Bilbao, Florián Javier Rangel, acepta la versión de los hechos ofrecida por los testigos de la acusación. El incidente se produjo el 4 de febrero de 2009 sobre las 11.45 horas en el colegio de Txurdinaga, en la capital vizcaína. Varios alumnos de Infantil, de tres a seis años, estaban en le patio. Entre ellos, la hija de María Soledad. La mujer se dispuso a dar a la pequeña un huevo de chocolate, lo que provocó que la profesora M.C.P.S., «en el ejercicio de sus funciones en ese momento pues cuidaba de los niños», interviniese para decirle que no podía estar ahí ni tampoco dar a la niña alimentos, ya que va contra las normas del centro.
Actitud «despreciable»
Pese a la advertencia, y según relata el juez como hechos probados, la ahora condenada insistió en dar a su hija la chocolatina, de modo que la profesora optó por llevarse a los niños a otro lugar. Fue entonces cuando la docente «fue acometida -por María Soledad- tirándole del pelo y propinándole puñetazos y patadas hasta que la profesora cayó al suelo, donde continuó agrediéndola de la misma forma la acusada, a la vez que se dirigía a la educadora con palabras tales como 'hija de P***, cabrona, te voy a matar'».
Fruto de este ataque la maestra sufrió «lesiones consistentes en policontusiones con artritis traumática» en dos dedos de la mano derecha, «hematoma en el muslo derecho, en la cara externa del muslo izquierdo, contusión en el pómulo derecho y erosiones en ambas manos». Necesitó de rehabilitación, estuvo más de dos meses de baja, y como secuelas le queda dolor en uno de los dedos dañados y coccigodinia (dolor en el coxis).
La defensa de María Soledad había argumentado que ella no sabía de la condición de docente de la mujer con la que había tenido la discusión, ya que llevaba un abrigo que le ocultaba la bata. No se creyó el juez este pretexto y concluye que «la acusada conocía, simultáneamente a su despreciable e injustificado acometimiento, la condición de profesora de la lesionada».
Además, recuerda que María Soledad estaba en ese momento acompañada por su cuñada, quien rechazó acudir al juicio para testificar a su favor.
Contra la sentencia cabe recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Bizkaia, que deberá ser presentado antes del próximo 2 de noviembre.
fuente: diariovasco