El futbolista 'antisistema': "Pensaba más en Burundi que en los entrenamientos"

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SE MARCHA A SENEGAL DE MISIONERO

El exjugador del Sporting de Gijón se marcha a Senegal porque vio el país en un documental.

Javi Poves dejó el fútbol profesional el pasado mes de agosto porque no se sentía feliz con su vida en el Sporting de Gijón. Con 24 años había llegado a Primera y cumplido el sueño que tenía desde pequeño, pero no se sentía pleno. Por eso, colgó las botas y ahora inicia su nueva andadura como misionero en Senegal.

"Quiero ayudar a la gente que lo necesita. Busco sentirme a gusto y así lo puedo conseguir. En el fútbol no era feliz. En los entrenamientos pensaba más en lo que pasaba en Burundi que en lo que me decía Preciado", afirma en una entrevista en el diario Marca.

El futbolista tampoco se pensó demasiado su destino. Fue al azar, viendo un documental por el ordenador, ya que no tiene televisión en casa: "No tienen nada y no hay nada material. Necesitan ayuda en todos los aspectos y yo creo que les puedo ayudar, porque es lo que quiero. Voy a vivir con una familia y allí quiero ser feliz ayudando".

Vivirá en una de las regiones más pobres de Senegal donde espera "encontrar la verdadera felicidad. Tener esa paz interior para transmitírsela a los demás. Volver a disfrutar de los valores de las abuelas: solidaridad, amistad, compañerismo... En definitiva: humanidad".

Al futbolista le molesta que le llamen perroflauta, pero reconoce que le llamó la atención el movimiento 15-M: "Me fui a la Plaza de Gijón para informarme de primera mano, pero no me convencieron totalmente, aunque los respeto".

El lujo de los futbolistas

Poves repudia todo el lujo que rodea a los jugadores de fútbol de Primera División aunque reconoce que hace años soñaba con conducir un Porsche: "Ya no era aquel chico que quería jugar en Primera y comprarse un Porsche. Según me acercaba al lujo, más lo repudiaba. El fútbol profesional es dinero y corrupción".

Reconoce que le han llamado algunos futbolistas, pero ninguno de Primera y que sus propios compañeros ni se lo creían: "Cuando se lo dije a mis compañeros alucinaban. Yo les decía: 'si tenéis la vida solucionada, dejadlo ya y empezad a vivir vuestra propia vida, porque a la larga os hará sufrir'. Yo soy capaz de vivir con 1.000 euros, como muchas familias españolas. Yo lo que tengo lo quiero compartir con la gente que lo necesita".

El jugador considera que ha tomado esa decisión por el grado de madurez que ha alcanzado: "En todos los equipos siempre estuve en un segundo plano y eso me hizo trabajar el doble que los demás. Ese esfuerzo extra me hizo madurar más deprisa".

Pese a que su familia no se lo tomó demasiado bien y le despiden con lágrimas, Poves no cree estar loco: "Bendita locura, lo que pasa es que cuando te educan en la idea de que ser futbolista es grandioso, todos queremos serlo. Si en lugar de hablar de fútbol se hablara de biología, química o medicina, todos querríamos ser biólogos, médicos..."

Fuente: libertaddigital.com
 
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