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Sueldos de lujo en el 'Gabinete Titanic'
Zapatero encumbra con su profunda crisis de Gobierno al hombre hace temblar de miedo a medio país con una policía política que detiene a la oposición a golpe de telediarios . Alfredo Pérez Rubalcaba abarca por primera vez en Democracia una macrovicepresidencia que incluye Interior y la portavocía del Gabinete lo que le sitúa de facto como presidente bis o bipresidente.
Y lo hace en "un momento decisivo" "a medida que vamos llegando al final de ETA" (Zapatero dixit) y adjudicando él mismo el ministerio de la Presidencia a Ramón Jáuregui, su peón de confianza y enemigo íntimo del lehendakari, Patxi López. Una jugada maquiavélica en toda regla.
Si la llegada arrasadora de Rubalcaba es importante no lo es menos la salida por la puerta de atrás de María Teresa Fernández de la Vega. La otrora todopoderosa vicepresidente sabía desde hacía tiempo que ZP le tenía preparada la poltrona, vitalicia para más señas, en el Consejo de Estado con una promesa que muy pocos conocen: cuando se jubile Rubio Llorente presidirá la institución. Arrojada a las gélidas aguas del cese gubernamental hay también otro gran perdedor tapado. José Blanco se le ha arrebatado territorio en el partido y también en el Gobierno.
En Ferraz, porque a pesar de desaparecer Pajín debido a su conversión en ministra de Sanidad, la apuesta del ministro de Fomento en la secretaría de Organización, Antonio Hernando, ha sido olímpicamente despreciada por Zapatero que ha preferido al monitor de esquí y presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, con muy buena prensa dentro del partido.
Pero también ha perdido peso en el Gabinete porque la gallega y hasta ahora mano derecha en el sanedrín monclovita, la gris Elena Espinosa, ha sido expulsada de la nave y arrojada a los tiburones. Blanco y su entorno, Eduardo Madina, Elena Valenciano o Antonio Hernando están a verlas venir.
Por lo demás hay sabrosas anécdotas aún inéditas. Al público lagrimeo de Moratinos que poco antes había dicho en el Congreso que él no se iba a ningún lado porque iba a acabar la legislatura, hay que sumar el desconcierto de Bibiana Aído.
Siendo entrevistada por Hilario Pino en Telecinco le llegó el mensaje de que acudiera cuanto antes a su despacho porque ZP tenía que hablar con ella. Eso sí, Prisa ya había hecho público su cese mientras ella se ufanaba de la permanencia de su ministerio gracias a haber aprobado los presupuestos.
Lo que muy pocos conocen es que tanto Aído como la también fulminada Beatriz Corredor van a cobrar más que cuando eran ministras en cuanto tomen posesión como secretarias de Estado porque sus sueldos incluirán productividad y algún que otro Consejo de Administración. Sus allegados lo cifran en unos 1.500 euros más. Y por cierto Aído debía inaugurar a mediodía un congreso de fútbol profesional femenino al que dejó plantado.
Y todavía hay más. El fichaje sindical de ZP, Valeriano Gómez, antiguo partícipe de megafraude de la PSV, tuvo tales trifulcas con Jesús Caldera cuando era secretario de Estado de Empleo que el ministro acabó por ponerle de patitas en la calle. De su carácter sólo unas pinceladas: caótico, fumador compulsivo y nervioso. Nos esperan tardes de gloria para el huelguista ministro de Trabajo.
Y por último, ojo a la jugada de Rosa Aguilar. El guiño de Zapatero a la izquierda ecologista y medioambiental aunque provenga del ladrillo puro y duro cordobés es el fichaje con el que Zapatero pretende neutralizar el partido verde de Uralde (ex responsable de Greenpeace) que ya se había llevado de calle a muchas asociaciones otrora ancladas en el magma socialista de toda la vida.
La Moncloa encalló cuando chocó con el iceberg de la crisis que se encubrió y se negó a ver cuando la masa de hielo de la peor recesión de la historia reciente reventaba los motores y la quilla de la nave española. Una nave que pocos años antes había puesto rumbo al crecimiento convertida en el ejemplo a seguir de los países ricos. Hoy el Gabinete Titanic comienza a tocar los últimos compases con distintos músicos antes del previsible hundimiento final.
Fuente: Periodista Digital
Zapatero encumbra con su profunda crisis de Gobierno al hombre hace temblar de miedo a medio país con una policía política que detiene a la oposición a golpe de telediarios . Alfredo Pérez Rubalcaba abarca por primera vez en Democracia una macrovicepresidencia que incluye Interior y la portavocía del Gabinete lo que le sitúa de facto como presidente bis o bipresidente.
Y lo hace en "un momento decisivo" "a medida que vamos llegando al final de ETA" (Zapatero dixit) y adjudicando él mismo el ministerio de la Presidencia a Ramón Jáuregui, su peón de confianza y enemigo íntimo del lehendakari, Patxi López. Una jugada maquiavélica en toda regla.
Si la llegada arrasadora de Rubalcaba es importante no lo es menos la salida por la puerta de atrás de María Teresa Fernández de la Vega. La otrora todopoderosa vicepresidente sabía desde hacía tiempo que ZP le tenía preparada la poltrona, vitalicia para más señas, en el Consejo de Estado con una promesa que muy pocos conocen: cuando se jubile Rubio Llorente presidirá la institución. Arrojada a las gélidas aguas del cese gubernamental hay también otro gran perdedor tapado. José Blanco se le ha arrebatado territorio en el partido y también en el Gobierno.
En Ferraz, porque a pesar de desaparecer Pajín debido a su conversión en ministra de Sanidad, la apuesta del ministro de Fomento en la secretaría de Organización, Antonio Hernando, ha sido olímpicamente despreciada por Zapatero que ha preferido al monitor de esquí y presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, con muy buena prensa dentro del partido.
Pero también ha perdido peso en el Gabinete porque la gallega y hasta ahora mano derecha en el sanedrín monclovita, la gris Elena Espinosa, ha sido expulsada de la nave y arrojada a los tiburones. Blanco y su entorno, Eduardo Madina, Elena Valenciano o Antonio Hernando están a verlas venir.
Por lo demás hay sabrosas anécdotas aún inéditas. Al público lagrimeo de Moratinos que poco antes había dicho en el Congreso que él no se iba a ningún lado porque iba a acabar la legislatura, hay que sumar el desconcierto de Bibiana Aído.
Siendo entrevistada por Hilario Pino en Telecinco le llegó el mensaje de que acudiera cuanto antes a su despacho porque ZP tenía que hablar con ella. Eso sí, Prisa ya había hecho público su cese mientras ella se ufanaba de la permanencia de su ministerio gracias a haber aprobado los presupuestos.
Lo que muy pocos conocen es que tanto Aído como la también fulminada Beatriz Corredor van a cobrar más que cuando eran ministras en cuanto tomen posesión como secretarias de Estado porque sus sueldos incluirán productividad y algún que otro Consejo de Administración. Sus allegados lo cifran en unos 1.500 euros más. Y por cierto Aído debía inaugurar a mediodía un congreso de fútbol profesional femenino al que dejó plantado.
Y todavía hay más. El fichaje sindical de ZP, Valeriano Gómez, antiguo partícipe de megafraude de la PSV, tuvo tales trifulcas con Jesús Caldera cuando era secretario de Estado de Empleo que el ministro acabó por ponerle de patitas en la calle. De su carácter sólo unas pinceladas: caótico, fumador compulsivo y nervioso. Nos esperan tardes de gloria para el huelguista ministro de Trabajo.
Y por último, ojo a la jugada de Rosa Aguilar. El guiño de Zapatero a la izquierda ecologista y medioambiental aunque provenga del ladrillo puro y duro cordobés es el fichaje con el que Zapatero pretende neutralizar el partido verde de Uralde (ex responsable de Greenpeace) que ya se había llevado de calle a muchas asociaciones otrora ancladas en el magma socialista de toda la vida.
La Moncloa encalló cuando chocó con el iceberg de la crisis que se encubrió y se negó a ver cuando la masa de hielo de la peor recesión de la historia reciente reventaba los motores y la quilla de la nave española. Una nave que pocos años antes había puesto rumbo al crecimiento convertida en el ejemplo a seguir de los países ricos. Hoy el Gabinete Titanic comienza a tocar los últimos compases con distintos músicos antes del previsible hundimiento final.
Fuente: Periodista Digital