La pelea de IKEA

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V.I.P.
1- El momento “no cabe”. “Sí, cariño. Aquí pone que esta habitación tiene 13 metros cuadrados, como la nuestra, pero esta es más grande”. “Pues le falta una pared y por eso no agobia, ¡yo qué se.!” . Y se monta…

2- Si no te movieras tanto con una cama de 1,50 bastaría. Suele derivar en temas mayores “pues bien que te gusta que me mueva a veces”. Y se monta…

3- No doy un paso más. Es cuando un miembro de la pareja se deja caer sobre una silla o sofá y dice: “!Aclárate!, haz lo que quieras que yo te espero aquí.” Y para qué quieres más…”

4- Dile a tu madre que no opine o se vuelve en bus. Y se monta…

5- Quien usa la cocina soy yo, así que déjame a mí decidir. De ahí se pasa rápidamente al tema de roles y quién hace qué en casa. Y se lía…

6- ¿Y donde piensas poner eso? Que es cuando sólo a uno de los dos le da el frenesí moderno y le apetece darle un aire nuevo a la casa. Y se monta una buena sobre el gusto de cada uno.

7- Se sale por ahí, que es un atajo. Mucho ojo con esto. Es como la casilla “de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente”, que puedes ir para adelante pero también para atrás. Y se te cae el pelo.

8- Toque con el carro o dar en el talón al cónyuge por tercera vez. Realmente peligroso y doloroso. “¡Perdón, perdón, perdón!”.

9- Te van a oír. “Mira esos las cortinas que están cogiendo, cómo tiene que ser su casa. Mira los pantalones que lleva, no me extraña”.

10- “Déjame que yo puedo”, que suele acabar con escandalera al caer la GINKLF a plomo sobre el carro desde la estantería. “ Te lo había avisado”. “!Y tú, solo tenías que sujetar el carro!”. Y se vuelve a montar…

11- En caja: teníamos que habernos puesto en esa fila, teníamos que habernos puesto en esa fila, teníamos que habernos puesto en esa fila. Los de las cortinas ya han salido y se van a comprar todas las galletas.

12- “No caben 2”. En el parking cuando la JRANFKL, como decía la contraparte, no cabe ni de broma y fuerzas por orgullo. Estás dispuesto a conducir con la nariz pegada al cristal, te cargas el embellecedor del asiento, salta el cenicero lateral y al desistir, ya sin fuerzas, te cae en el pié al apoyarlo en el suelo. “ !Ves, eso por lo del talón de antes!”

13- ( Ya en casa) ¡Sobran piezas! Estos cachondos se han equivocado. (De eso nada. Solo se conoce de un caso en la historia, en Oslo, en que a una mesilla le sobraba uno de los plásticos que se ponen bajo las patas para que no raye el suelo, e IKEA les amuebló la casa entera gratis y a casi medio Oslo). Más vale empezar de nuevo, luego no llores cuando tu armario se caiga a pedazos.
 

Jinks

V.I.P.
Si las espadas láser las hicieran los de Ikea:

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