Waka aliron

mantis044

Expulsado
El FC Barcelona ya tiene la Liga en el saco después de una jornada sensacional en la que el equipo de Pep Guardiola logró una victoria de impacto en el feudo del ahora cuarto clasificado (0-1) y aprovechó el traspié del Real Madrid cosechado horas antes en el Bernabéu a manos del Sporting de Gijón (0-1). Con estos resultados, el Barça amplia a ocho puntos de ventaja (que son nueve si se cuenta el goal average) y solo le queda contar las jornadas que le restan por cantar el alirón. De momento, ayer en El Madrigal ya cantó un ‘waka-arilón’.

El tanto de Gerard Piqué fue la rúbrica a un partido jugado con la cabeza por un equipo repleto de jugadores de banquillo. De inicio, en el campo no estaba ni el capitán (Puyol), ni el referente (Xavi) ni la estrella (Messi), en el once titular había cinco teóricos suplentes y al lado de Guardiola había tantos niños como en su etapa en el filial. Daba igual, el Barça es lo que es por ser un equipo en mayúsculas y cualquiera puede asumir un papel que a priori no le pertoca. Como Valdés, que ante la escasez de centrales es capaz de jugar de defensa o como Piqué que se pasa por el forro toda la presión por su relación con Shakira y además coge los galones del equipo para decidir el campeonato con un gol de bandera.

“La Liga está prácticamente decidida”, admitía José Mourinho después de ser humillado por Manolo Preciado ante su propia afición. Y el Barça dio la estocada definitiva que le permite llegar al Bernabéu sin la necesidad de ir a ganar el campeonato como la pasada temporada. Holgado, sin presiones y con tranquilidad de jugarse solo un partido. Nada más. O acaso, el aperitivo de la final de la Copa del Rey.

Mientras los jugadores del Barça festejaban sobre el césped del Madrigal la victoria, la imagen contrastaba con la de los madridistas que tuvieron que ser reanimados por Mourinho. El deporte demuestra que no te puedes reír ni herir a nadie porque siempre hay una segunda oportunidad, una vengaza. Y ayer quien se la tomó fue Manuel Preciado ante la ofensa de la primera vuelta de Mourinho. El gran portugués, el ‘special one’, vio como su marca de nueve años sin perder un partido en casa era destrozada por un ‘don nadie’, por un técnico que en su día despreció.

Mourinho deberá esperar, al menos, una temporada más para lograr una Liga porque el propietario de la actual competición tiene un amo desde las primeras jornadas porque el equipo ha demostrado ser superior desde un principio pero que hasta ayer no se empezó a consumar. Ahora toca sacar la calculadora para empezar a pensar en el alirón
 
Arriba