Jinks
V.I.P.
Cleto, un gallo de una finca de Mosconi, en Salta, "pone huevos" ricos y sabrosos igual que los de una gallina, según afirma su dueño.
Según el propietario del animal, Cleto pone un huevo por día, un poco más chicos que los de una gallina.
Juan Espinoza, periodista de FM Mosconi dice que los huevos “tienen el mismo sabor, ya que el propietario del gallo se los comió en una fritanga”.
Horacio Arias, el dueño de Cleto, dijo estar seguro que es “un gallo macho, no es una gallina por una sencilla razón: tiene cresta, algo que las gallinas no poseen”.
El gallo Cleto. A Cleto, por ser de raza de “riña”, se lo crió en un corral aparte, para que no pelée con los otros gallos de la granja. “Por las tardes Horacio suelta a todos los animales en el patio, y me dijo que a Cleto nunca lo vio con una gallina y esto comenzó a llamarle la atención”, añadió el periodista al sitio Informesalta.
En el diario El Tribuno, la también propietaria del gallo, Gladys, pensó en algún momento en sacrificarlo porque podría ser “de mal agüero”.
Otro caso. Un caso similar ocurrió hace 5 años en la ciudad chilena de San Antonio, donde dos gallos ponían huevos. Los científicos determinaron que sufrían trastornos hormonales, por lo que habían desarrollado tejido ovárico. Otros aseguraban que se trataba de un problema de apariencia: parecían gallos, pero no lo eran.
fuente. lavoz (Argentina)
Según el propietario del animal, Cleto pone un huevo por día, un poco más chicos que los de una gallina.
Juan Espinoza, periodista de FM Mosconi dice que los huevos “tienen el mismo sabor, ya que el propietario del gallo se los comió en una fritanga”.
Horacio Arias, el dueño de Cleto, dijo estar seguro que es “un gallo macho, no es una gallina por una sencilla razón: tiene cresta, algo que las gallinas no poseen”.
El gallo Cleto. A Cleto, por ser de raza de “riña”, se lo crió en un corral aparte, para que no pelée con los otros gallos de la granja. “Por las tardes Horacio suelta a todos los animales en el patio, y me dijo que a Cleto nunca lo vio con una gallina y esto comenzó a llamarle la atención”, añadió el periodista al sitio Informesalta.
En el diario El Tribuno, la también propietaria del gallo, Gladys, pensó en algún momento en sacrificarlo porque podría ser “de mal agüero”.
Otro caso. Un caso similar ocurrió hace 5 años en la ciudad chilena de San Antonio, donde dos gallos ponían huevos. Los científicos determinaron que sufrían trastornos hormonales, por lo que habían desarrollado tejido ovárico. Otros aseguraban que se trataba de un problema de apariencia: parecían gallos, pero no lo eran.
fuente. lavoz (Argentina)