Hallan agua de mar en un cometa

Jinks

V.I.P.


El descubrimiento refuerza la teoría de que una buena parte de los océanos de la Tierra fue originada por el impacto de rocas espaciales


La fuente que dio origen a los océanos de la Tierra ha sido un tema de debate para los astrónomos durante décadas. Estudios anteriores apuntaban que los asteroides podrían haber proporcionado la mayor parte del agua unos 8 millones de años después de la formación del planeta, como un regalo del espacio exterior a un mundo en pañales, pero los científicos han descubierto que otro tipo de impacto espacial pudo haber ayudado a convertir nuestro mundo en la bola azul que conocemos. Por primera vez, astrónomos han encontrado en un cometa, en concreto en el famoso Hartley 2, la misma firma química del agua del océano. Es decir, en esa roca «a propulsión» recientemente visitada por la sonda de la NASA Deep Impact, hay, sencillamente, agua de mar helada. La investigación aparece publicada en la revista Nature.

«La vida no existiría en la Tierra sin agua líquida, por lo que las preguntas sobre cómo y cuándo se formaron los océanos son fundamentales», afirma Ted Bergin, de la Universidad de Michigan. «Es un gran rompecabezas, y estos nuevos hallazgos son una pieza importante». Tras analizar los datos obtenidos por HiFi, un instrumento del observatorio Herschel, sobre el Hartley 2, los investigadores descubrieron que el hielo del cometa tenía la misma composición química que la de los océanos de la Tierra, la misma proporción de deuterio (hidrógeno pesado) en el agua. Es la primera vez que los científicos descubren algo semejante. «Nos sorprendió a todos», reconoce Bergin.

Desde el cinturón de Kuiper

Otros seis cometas analizados por HiFi en los últimos años tienen una proporción de deuterio muy diferente, lo que significa que cometas similares no pueden haber sido los responsables de más del 10% del agua de la Tierra. Los astrónomos creen que el Hartley 2 nació en una parte del Sistema Solar diferente de los otros seis. Probablemente, Hartley 2 se formó en el cinturón de Kuiper, un lugar plagado de cometas que empieza cerca de Plutón y está 30 veces más lejos del Sol que la Tierra. Los otros seis objetos estudiados proceden de la Nube de Oort, 5.000 veces más lejos, en los límites de nuestro sistema planetario.

Aunque los asteroides parecen seguir siendo la principal fuente original de proporción de agua a la Tierra, el Herschel ha demostrado que al menos un cometa contiene agua marina. «Los resultados demuestran que la cantidad de material ahí fuera que podría haber contribuido a los océanos de la Tierra es quizás más grande de la que pensábamos», dice Bergen.

Fuente: ABC
 
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