El PNV recibe otros 165 millones y Salgado guarda dinero para los especuladores

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ABRÓCHENSE LOS CINTURONES

Arranca la semana y con ella la actualidad económica. El nacionalismo vasco saca tajada de su apoyo sin fisuras al socialismo de Zapatero, el Tesoro guarda dinero para pagar vencimientos de deuda y Prisa descubre el Mediterráneo: el empleo es la mejor protección social.

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Tras dos semanas de descanso físico y mental ocasionado por la crisis económica e institucional que está acabando con España a marchas forzadas, vuelve este resumen personal e intransferible de las portadas de los diarios salmón. No hay muchas novedades: los contribuyentes son saqueados por los poderes públicos, los inversores no confían en la solvencia de las cuentas que ha elaborado Salgado, los sindicatos son felices con el nuevo ministro de Trabajo y los que trabajan en la televisión pública se lo llevan crudo.

Comencemos con el diario El Economista, que publica un nuevo episodio del acuerdo secreto pactado entre el nacionalismo vasco y el socialismo de Zapatero para mantener al presidente en el poder a cualquier precio, pagando los de siempre: los ciudadanos. Resulta que el PSOE ha dado una "paga oculta al PNV por su apoyo al Gobierno" de 166 millones de euros para I+D. Este dinero se añade a los 472 millones en los que se valoran las políticas activas de empleo y que también ha pactado Zapatero con Urkullu rompiendo la caja única de la Seguridad Social.

No se pierdan tampoco en El Economista un reportaje sobre los sueldos que cobran las presentadoras de los informativos de Televisión Española, sólo superadas por su jefe, Oliart, que se lleva 220.000 euros al año por servir de comisario del Gobierno en este medio de comunicación que pagamos todos. Eso es austeridad y lo demás tonterías.

Expansión prefiere abrir su edición de hoy con la mayor preocupación que existe ahora en el ámbito internacional: los problemas de deuda pública de los países periféricos, es decir, de Irlanda, Portugal, Grecia y España. El salmón de Unidad Editorial cuenta que "el Tesoro acumula liquidez ante la tensión del mercado" porque ene un colchón de 40.000 millones de euros para afrontar nuevas crisis de deuda soberana.

El periódico destaca "los problemas en Irlanda y Grecia disparan el coste de financiación de los países periféricos (en España en dos semanas ha rebotado desde 165 a 200 puntos del pasado viernes)" y recuerda que "el Gobierno espera captar otros 25.000 millones de euros en lo que queda de 2010 y 190.000 millones más en 2011". Este dinero lo pagarán nuestros hijos y nietos, como ya hemos contado en numerosas ocasiones la deuda de hoy son los impuestos de mañana.

Expansión dedica su Editorial a la decisión del Ejecutivo de Madrid, que aprobará esta semana una drástica reducción de liberados sindicales con un doble argumento revolucionario en los tiempos que corren: el cumplimiento de la Ley y la austeridad del sector público: "todo poder sin control, incluido el de los sindicatos, es un poder arbitrario que atenta contra la libertad".

Finalmente, Cinco Días continúa en su esquizofrenia ideológica, entre el liberalismo económico y la falsa arrogancia del socialismo de salón. La principal noticia de portada es que "las empresas del Ibex pagarán 5.400 millones en dividendos en dos meses: Telefónica, la más generosa, reparte hoy casi 3.000 millones a sus accionistas.

Aunque lo más destacable del diario salmón de Prisa es su Editorial. Los directivos de este periódico se han dado cuenta tres años después de que las prestaciones por desempleo no son eternas, que tener muchos parados es malo para un país y que la mejor política social es crear puestos de trabajo. Bajo el titular "el empleo es la mejor protección", Cinco Días descubre el mar Mediterráneo:

"Un hogar con el cabeza de familia en desempleo ajusta de inmediato sus gastos, y de forma casi definitiva si se trata de una persona en edad madura y posibilidades decrecientes de encontrar empleo. Pero un hogar con pleno empleo que contabiliza cada día pérdidas de trabajo en su entorno, mimetiza el pesimismo y pone en cuarentena todas sus decisiones de gasto duradero e inversión, con el consiguiente efecto contractivo sobre la economía".

fuente: libertaddigital.com
 
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