Pirateria en el cine

Tidwell

V.I.P.
Cuando Robert Louis Stevenson describía sus piratas uno podía imaginarse a estos saqueando y robando los grandes buques de la armada inglesa. Hoy en día, nuestros piratas han cambiado el oro y los diamantes por los archivos mp3, divx o mpeg, y la armada británica por las majors americanas. Pero nuestros piratas, al igual que aquellos, no tenían ninguna intención de desestabilizar el sistema.


Es una realidad que la industria del cine vive una crisis, pero no es cierto que las causas son la compra y descarga ilegal de películas. El cambio en la oferta de ocio y las nuevas necesidades y mentalidades del consumidor están provocando un cambio de mercado que requiere un reajuste.


Desde hace cinco años la oferta cultural de las grandes ciudades ha crecido (conciertos, espectáculos, exposiciones, festivales). Además, la gente viaje más y se han creado nuevos canales gratuitos desde donde ver filmes o series populares. Pero el elemento más revolucionario de todos está siendo Internet.


La red se ha ido constituyendo como uno de los canales de contenidos más importantes, ofreciendo una vasta cantidad de estos de manera legal, variada, renovada y, sobretodo, gratuita. Pero también se ha convertido en una plataforma de intercambio de contenidos que en muchas ocasiones, han sido adquiridos de forma ilegal.

A continuación voy a ofrecer una serie de datos con los que quiero demostrar que la piratería es una consecuencia de los nuevos perfiles de los espectadores y de las tendencias del mercado y no una causa directa de la crisis.



El coste de la piratería, según la MPAA
Hace unos meses la Motion Pictures Association of America (MPAA) publicó un detallado informe sobre la piratería, titulado “El coste de la piratería”, http://www.mpaa.org/2006_05_03leksumm.pdf . En este se indicaba que durante el año 2005 las descargas y ventas ilegales de películas provocaron una perdida de 18.000 millones de dólares a la industria del cine. También se señala que los principales afectados por estas prácticas son las grandes majors, que según estos datos, “perderían” alrededor de 6.100 millones de dólares. El resto de las “perdidas”, unos 11.900 millones, corresponderían al entramado de distribuidores, exhibidores y otras pequeñas productoras.

En el informe también se detallan los diferentes países con mayor índice de descargas y compras ilegales de películas. Estos son, China con un 90% de copias ilegales, seguido de Rusia, Tailandia y Hungría con más de un 75%. Entre un 55 y un 65% están países como México, Polonia y Taiwán, y con menos de un 30% España, India e Italia. Pero esto es un dato porcentual que a la hora de traducirse en cifras cambia de manera substancial.


Según la MPAA, México sería el país que produciría más perdidas a los seis grandes estudios de Hollywood: un total de 483 millones de dólares. Seguido de este país estaría Gran Bretaña, con más 400 millones y Francia, con 380 millones en pérdidas.

Esta diferencia entre los países con más “pirateo” y los que producirían más pérdidas sucede por las diferencias que hay en el coste de la vida. El precio de la entrada, el coste de distribución, de promoción, son diversos según el país. Por está razón, países como Francia y Gran Bretaña producen más perdidas pese a no tener índices muy elevados de piratería. En cambio, el altísimo nivel de piratería de Rusia, China o la India, no se costea tanto a causa de que son países donde las entradas de cine valen 5 o 6 veces menos.

Además, China tiene la particularidad de que su controlado mercado solo permite estrenar 20 filmes extranjeros cada año, lo que es una importante limitación para el mercado americano, que produce más de 600 filmes al año. Por esta razón, el casi 90% de copias piratas que circulan en China no tienen ningún valor real, ya que sus espectadores difícilmente verían estos filmes en los cines o en las televisiones de su país.

Pero los datos cambian en el momento de analizar las pérdidas desde el punto de vista de los exhibidores, distribuidores, canales de pago por visión y otros. China produciría una pérdida de 2.687 millones de dólares, Francia unos 1.567 millones y México unos 1.114 millones. Y es aquí cuando los datos deben empezar a ser analizados de manera objetiva, teniendo en cuenta variantes sociales, económicas y culturales.


Primero de todo, hay que indicar que la descripción de las pérdidas que indica el informe, son un cálculo de ver un filme de manera ilegal y no en los cines. Estas cifras supuestas son los ingresos que haría la industria en el caso de que cada persona que ha comprado o descargado un filme ilegalmente hubiera ido al cine. Por esta razón, creo que el informe debe ser analizado a partir de ahora desde una óptica social, de mercado y de industria. El daño de estas prácticas ilegales no puede analizarse de manera individual ya que es muy difícil medir este daño de manera objetiva.

En este momento, planteo las siguientes preguntas: ¿Todos los consumidores de copias piratas irían al cine a ver la película?, ¿Cuánta gente descarga sus filmes para hacer un segundo visionado al filme?, ¿Cuánta gente ve la película antes en copia pirata y luego en cine? Estas suposiciones son tan importantes e impactantes como el cálculo supuesto de perdidas que hace el informe y, evidentemente, reduce sustancialmente el volumen de las cantidades antes citadas.



La verdadera realidad de la piratería y la industria del cine
Una vez observados los datos del informe de la MPAA, hay que prestar atención a los datos demográficos y sociales que suscita el documento. De este extraemos que el público que más consume los contenidos piratas son los jóvenes de entre 16 y 21 años, pero este dato está cambiando y cada vez más, son los adultos de entre 30 y 50 años los que descargan y compran películas ilegales. Pero el perfil de edad contrasta con el perfil de los espectadores de cine: jóvenes de entre 16 y 21 años. No es ninguna ironía que el público que más beneficios produce a la industria sea el que también produciría más perdidas, sencillamente, este dato hay que analizarlo con el elemento que lo provoca, y que en mi opinión es la principal causa de la crisis del cine tradicional: el colapso.

Entre el año 1996 y el 2004 el número de producciones se incremento un 2’5%, manteniéndose en un ritmo de 470 películas por año. Solo durante el año 2006 las productoras estrenaron 607 películas, un 42% más que hace dos años. Tanto estreno es poco lucrativo para un público que verdaderamente acude a las salas, pero no con tanta regularidad. El público joven es limitado económicamente, por lo que es lógico pensar que no irán dos semanas seguidas al cine, por lo que las posibilidades de éxito de un filme se diluyen entre la enorme competencia de una película.


La piratería juega un papel muy importante en todo esto, ya que esta ayuda al espectador a descongestionar la cantidad de estrenos que recibe, es decir, las audiencias acuden a ver lo que más les llama la atención, dejando el resto para las copias piratas. La variedad y la cantidad de contenidos que hay en los cines hace imposible poder verlo todo, pero el espectador sí quiere tenerlo todo y ahora, no en unos meses cuando este en DVD o en la televisión de pago.

Los estudios de Hollywood lo saben de la impaciencia del nuevo espectador medio y por ello han empezado a cambiar sus estrategias de estreno tanto en DVD como en cine, reduciendo el tiempo de separación entre el estreno en salas y la salida al mercado doméstico. Esta estrategia hace que el mecanismo de promoción del estreno en cine, arrastre a un importante sector de público a la distribución en DVD.

Estos cambios son una demostración de los tiempos que vive el cine y la industria del entretenimiento, en la que es difícil catalogar de simple crisis, sobretodo cuando hablamos de un mercado que mueve más de 40.000 millones de dólares en venta de entradas de cine y cerca de 55.000 millones en ventas de DVD. Además, a estas cifras hay que añadir los varios miles de millones que mueven el merchandising, las ventas de los derechos de televisión, el alquiler de películas, o las ventas de palomitas y refrescos en los cines. Un negocio que pese a la fuerza de la piratería parece mantener un listón muy alto a nivel de dinero, aunque con unas cuantas excepciones.


Siguiendo con los elementos que causan la crisis de la industria a través de la piratería encontramos los nuevos comportamientos de la audiencia.

Por ejemplo, hay que destacar que una importante parte de la población no tiene costumbre de ir al cine, ya sea porqué prefiere ver las películas en casa o porqué no le gustan. Una gran cantidad de copias que se distribuyen de manera ilegal van a parar a manos de personas con muy poca tradición de ir al cine.

Otra variante de nuestros tiempos, es el público que decide comprar o descargar una película que ya ha visto en el cine, para volver a repetir el visionado, antes de que salga en DVD o por la tele. Esta característica no suele eliminar la opción de compra por parte del consumidor. El informe tampoco contempla la cantidad enorme de público que descarga las películas y nunca las ve (por tiempo, ganas o porqué alguien le ha dicho que no la vea y la borre de su disco duro) y esto no puede contabilizarse como perdida.


Todo esto es muy significativo a la hora de valorar la realidad de estos 18.000 millones de dólares que pierde la industria, ya que si se tuvieran en cuenta estos parámetros, la cifra descendería muchísimo.

La crítica que hago hacia los datos sobre la piratería que ha dado la MPAA es de no contemplar estos nuevos perfiles de cara a las supuestas perdidas. Si en China se puede ver un filme o no es importante a la hora de valorar las “perdidas” de una película. Las copias que consume un espectador con un sueldo bajo no puede tener el valor de una copia de alguien que si puede ir al cine. Que una persona nunca vaya al cine, no puede significar ninguna perdida que esta siga sin ir a las salas de proyección.


Internet vs la industria tradicional

Actualmente, los espectadores acuden con menos frecuencia a las salas, en España, el pasado año fue uno de los peores a nivel de venta de entradas, algo que ha resentido la taquilla de una buena cantidad de filmes nacionales, que no logran encajar en nuestras carteleras.

El funcionamiento regular de algunos mercados contrasta con el excelente ritmo de las ventas de DVD, que pese ha estancarse en los dos últimos años, estas han llegado a índices mucho más altos de los que logró el VHS en sus tiempos.


Pero el dato más importante en estos tiempos proviene de Internet. La red ha proporcionado nuevas vías de distribución de contenidos, sea de forma gratuita o de pago. Actualmente, este nuevo mercado proporciona a las majors americanas un 16% de las ventas de un filme, a través de una serie de plataformas de venta legal, de entre las que sobresale iTunes Music Store, que en apenas un año y medio ha vendido más de 2 millones de copias de los filmes de Disney, Paramount, Miramax y otras grandes productoras que se han añadido a la tienda virtual.


Otro sistema de venta y distribución de contenidos son las plataformas digitales. En los Estados Unidos y Europa, las cadenas privadas digitales se han convertido en reinas indiscutibles de una buena cantidad de casas. La creación de nuevos canales ha proporcionado más fuentes de ingresos para los productores de contenidos, ya no solo de filmes, sino de otros formatos, como son las series de ficción, documentales, programas, magazines, etc.


Pero, ¿qué sucede con las empresas más pequeñas o los productores independientes? En gran parte, las nuevas formas de distribución deberían ser claves para su supervivencia, ya que ofrecen la oportunidad de emitir sus productos sin tener que gastar en enormes campañas de publicidad.


Internet permite emitir un filme, sin costes añadidos en copias o distribución, y centrando su atracción en buenas y originales campañas de promoción, que no siempre deben de suponer un despilfarro de dinero.

Quienes si perderán la partida de todo esto son los videoclubs y las salas de cine. La gran cantidad de ambos negocios, y el decrecimiento de la demanda afectarán muy negativamente a esta parte de la industria. El cierre de negocios es ya una realidad. El año pasado, la mítica cadena de videoclubs Blockbuster tuvo que cerrar sus puertas por falta de clientes. Actualmente, muchos distribuidores reconocen tener una bajada importante en la demanda de copias para el alquiler.


Estos datos son lógicos cuando uno piensa en el coste de alquilar un filme (entre 3 y 4€) y el precio de la compra de una película de oferta en una gran superficie (entre 5 a 9€ hay una enorme cantidad). Buena prueba de ello es el crecimiento de las ventas en DVD que después de su boom en el 2003 ha ido creciendo de manera escalonada durante estos años, hasta llegar a las cifras actuales antes mencionadas.


Los tiempos cambian

A modo de conclusión me gustaría remarcar la frase que he mencionado antes y que creo que es clave para entender nuestro momento económico: “La piratería es una consecuencia del mercado y no una causa de la crisis”.

Una cierta crisis existe, pero es un momento de cambio. Cuando un mercado cambia, una parte del sistema tradicional se hunde y termina por desaparecer, y dar paso a otras formas de explotación. Es algo que ha sucedido siempre, y sucederá durante muchos años más.

He insistido mucho en remarcar esto ya que el problema de las descargas ilegales no debe verse tanto como algo que produce perdidas, sino como algo que nos da a entender las carencias y problemas de un mercado que está cambiando a pasos muy veloces.

La industria americana empieza a aprender de estos errores y, de momento, la gran factoría Disney ha reducido el número de producciones para los cines a 18 filmes cada año, de cara a no colapsar el mercado.

Además, Disney movió pieza hace dos años cuando, muy ágilmente, se fusionó con la famosa Pixar, propiedad de Steve Jobs y de Apple. Estos son los creadores de la tienda on line más famosa: iTunes Music Store. La estrategia y la actitud de Disney es muestra de que algo está pasando.

Fuente: Box Office​
 

Ineditedlives

dSuperMod Becario
Staff member
No esperareis ninguno de vosotros que yo haga ningun tipo de comentario ... no :icon_beuj: Bueno ... si lo hare .... :icon_rofl:
 
Aparte de éso, tienen que comprender que si se utiliza internet para distribuir dvd's, películas, libros, música... deberían cobrar bastante menos por ello, ya que se ahorran un buen dinero. Alguna vez, en descargas de programas originales, querían cobrarme más que comprándolo en tienda física. Inaudito y vergonzoso. Un libro cuesta lo mismo en soporte digital que en papel. Ídem.
Aparte que no echan en el cine una película subtitulada ni por casualidad, y para un sorderas como yo, para qué os voy a contar.
Y los dvd's subtitulados... hay de todo.
La manera tradicional de distribuir debería haberse acabado pero hy demasiados intereses, desde luego
 

Jinks

V.I.P.
Lo que es de traca es cómo echan las cuentas... cosa que ya me barruntaba yo... cada descarga de una peli la multiplican por el precio de una entrada de cine y voilá: he aquí lo que nos han robao estos piratas malos, que comen pulmón crudo y beben agua de mar.

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