Manchester. Miserias y esplendor

usuaria2010

Experto
La fisonomía de esta urbe inglesa ha sido descrita como confusa, 'barriga e intestinos' de Inglaterra, según George Orwell, en los años 30 del siglo XX. Y esos son órganos del cuerpo humano que no se asocian inmediatamente a la belleza.

Manchester es una ciudad viva y culta, pero no es esnob. Su más nuevo perfil crece en la ribera del río Irwell, que divide Manchester propiamente dicha de Salford. Y en los diques que llevan el nombre de esta última, en el canal que fue el más navegado del mundo en el siglo XIX, se levanta el museo Lowry -el Guggenheim manchesteriano- o la Ciudad de los Medios, a donde la BBC está trasladando buena parte de sus estructuras y donde Juan José Mena dirigirá en los próximos años a la orquesta del ente público de la radiotelevisión británica.

Allí se levanta una nueva ciudad donde se recrea la visión de la antigua -L. S. Lowry, cuya colección de cuadros es atractivo permanente del museo y centro de artes que lleva su nombre, ha sido el pintor que mejor ha retratado la vida en las sociedades fabriles- y a cuatro pasos desde allí, en este lugar de distancias manejables y excelente transporte público, el viajero encontrará viejos almacenes de ladrillo rojo.

La mezcla no es siempre armónica. Cuando Marx y Engels visitaban la biblioteca de Chetham -un lugar prodigioso incrustado ahora en una escuela de música, pero con acceso público- estudiaban la vida de una ciudad asombrosa y horrible, que se había convertido en el corazón de la revolución industrial por sus telares, que tejían el algodón venido de plantaciones americanas explotadas mediante el esclavismo.

Decadencia y regeneración

Desde la segunda mitad del siglo XX, la economía textil entró en decadencia y, aunque es difícil encontrar en una ciudad con tantos y tan excelentes museos una narración de la historia de la ciudad -en el de Withworth, en la parte sur del bello campus universitario, en donde estudiaron o enseñaron 25 premios Nobel, hay una colección de realizaciones textiles- la mezcla de esplendor y miserias pasadas, decadencias y regeneraciones salpica incesante el paisaje urbano.

Estos contrastes pueden chocar al visitante pero las calles son tranquilas, sin cifras destacables de delincuencia, y por tanto puede uno recorrerlas sin preocupación en busca de los lugares que indique la guía o dejando que el azar le lleve a un lado a otro. En el Ayuntamiento, si no hay alguna reunión pública o una boda, se pueden visitar sus pasillos y salones y quedar admirado por la ambición de su arquitectura victoriana. En el Museo de Arte de Manchester se puede contemplar el acopio de arte de primer nivel por los industriales de la villa.

En el camino desde allí hacia el Museo de la Historia del Pueblo -una interesante colección de objetos variados que pretende educar sobre los afanes políticos para lograr la democracia o sobre el avance del sindicalismo-, se puede encontrar, en una callejón perdido, la modesta y muy bella iglesia de Santa María, el único templo católico en el centro de esta ciudad en la que los no conformistas del protestantismo tuvieron un papel destacado en la ciencia, la industria o la política.
En ese camino es parada obligatoria la biblioteca de John Rylands. Tiene el sabor añejo de la de Chetham pero esta es más grande y tiene en sus depósitos joyas memorables. El fragmento más viejo del Nuevo Testamento que existe hoy en el mundo, por ejemplo. Y que se expone, junto a otras gemas de bibliófilo, en la muestra pública.

Gratis, pero con donación

No hay un museo de la historia de la ciudad -el Museo de Manchester, en el campus universitario, tiene una ambición universal- pero el de Ciencia e Industria, que sus anfitriones consideran que puede llevar unas cuatro horas para una visita curiosa, presenta útiles, mapas, maquinarias,... que dan una idea de lo que hizo famosa a esta ciudad. Todos estos museos son gratuitos, aunque recomiendan una donación voluntaria.

El Gran Manchester es un lugar muy vivo y sus habitantes pueden disuadir a quienes crean que los ingleses son fríos o distantes. Es una ciudad multiétnica, abierta a las diferencias, que acoge con simpatía a los visitantes, y también con una buena señalización y servicio turístico. Todo empieza en la oficina de información de la un tanto destartalada plaza central, Piccadilly Gardens.

Teatros, salas de conciertos, centros comerciales, música de gran variedad, deportes, restaurantes con todas las salsas... Manchester es una de las ciudades inglesas más atractivas de hoy fuera de Londres.

PARAÍSO DE LOS DEPORTES

Manchester United y Manchester City se disputan el corazón de una ciudad con nombre de fútbol. El primero se fundó en el depósito de una compañía de ferrocarriles y el segundo, bajo el patrocinio de una iglesia anglicana; ambos, en el final del siglo XIX. Lograr entradas para ver sus partidos no es sencillo, al menos a un precio módico, pero ambos clubes ofrecen giras de sus estadios, Old Trafford y City of Manchester Stadium.

Los aficionados pueden en cualquier caso ver partidos en los alrededores. Esta comarca dio un gran impulso al fútbol profesional en sus orígenes y acoge a varios clubes de la Premier. Un trayecto en tren permitiría ver al Everton, Liverpool, Blackburn, Stoke City, Bolton y Wigan. Y muchos más en otras divisiones. El edificio de Urbis, antes galería, alojará en otoño el Museo Nacional del Fútbol, que estaba en Preston.

Sale ofrece rugby de máximo nivel, la región es un gran foco también del rugby a trece, hay hipódromos en Chester y Liverpool, grandes partidos de críquet en Old Trafford y los aficionados al golf tienen todo tipo de campos para su disfrute.

'SHOOPING' RETRO

El centro de la ciudad es un importante foco comercial para la comarca y presenta una gran variedad de establecimientos, que van de la alta costura a ese estilo retro juvenil que está asociado a la tradición pop de Manchester. La paridad ventajosa del euro con respecto a la libra permite ir de compras y a precios algo menos extravagantes que los de Londres.

Arndale, en el casco urbano, es el mayor centro comercial en Reino Unido. Hay grandes cadenas pero también boutiques más singulares. En el Northern Quarter, también a un paso de Piccadilly Gardens, se puede encontrar un ambiente más juvenil y tiendas más aventuradas. Y la vieja bolsa, Royal Exchange, que mantiene el panel de cotizaciones del algodón que exhibió la víspera del cierre, en 1969, ha sido transformado en un complejo comercial que incluye un buen teatro. Pero la búsqueda de la tienda retro- Afflecks, Cowe, Retro Rehab, Pop Boutique- son escalas obligatorias en la expedición.

Destinos cercanos a Manchester.

Manchester es la puerta del viajero al noroeste de Inglaterra. La red de ferrocarril permite viajes breves a Liverpool, una ciudad que también presenta un paisaje urbano que combina majestuosidad y decadencia, en su caso de la actividad portuaria. Es un lugar con gran vitalidad y humor, una ciudad cosmopolita pero con gran influencia irlandesa, donde The Beatles y su legado actúan como principal reclamo turístico. También en un viaje de idea y vuelta en tren se puede visitar Chester, una ciudad catedralicia levantada en tiempos de la romanización. Tiene un casco urbano bello y con atractivos comerciales y numerosas atracciones.

Pero la exploración del condado de Cheshire, donde reside la población adinerada que trabaja en Liverpool y Manchester, requiere el uso de mapas para planificar excursiones a Nanwitch, Alderley Edge o Frodsham, entre otras villas-mercado, que ofrecen la experiencia de la Inglaterra profunda. Si la afición del viajero es un entorno de naturaleza, se ha escrito que la mayor aportación británica al arte europeo es el paisaje ajardinado. Al sur de Manchester se puede visitar Tatton Park y en un trayecto en tren se puede llegar a la villa galesa de Wrexham, donde Erddig ofrece el conjunto de mansión y jardines que en ambos casos ofrece un deleite de los sentidos.

Manchester es una ciudad atravesada por canales, que en algunos casos sirven ahora como apoyo para la arquitectura pública y residencial que regenera la ciudad, pero que en el casco urbano raramente permite un paseo continuado. Con un acopio previo de información y la ayuda de la oficina turística se pueden planificar paseos y navegaciones, en ocasiones de gran belleza paisajística, por una red de canales que transportaban en otros tiempos carbón o productos de las factorías.

Desde Manchester hacia el este, el aficionado al paseo en la naturaleza puede llegar pronto al Distrito de los Picos, un extenso parque nacional de colinas sin gran altura, valles y ríos, pequeños asentamientos. Hay viejas líneas de tren reconvertidas en senderos y establecimientos de alquiler de bicicletas para recorrer un paisaje que ha ofrecido respiro a la actividad fabril de las ciudades de esta región.
Y la ciudad puede ser el punto de partida para una exploración más ambiciosa tanto de Gales como del norte de Inglaterra. Se encontrarán urbes industriales, pueblos que antes se dedicaron a la minería, pero también algunos de los paisajes más despoblados del país.

COMER Y BEBER
Uno de los mejores chefs de la ciudad, Stuart Thompson, conspira con una localización soberbia, Harvey Nichols, para ofrecer en Second Floor, que es una descripción de la segunda planta que ocupa en la tienda, platos de tradición inglesa tocados por ideas de hoy. Desde una mesa junto al largo ventanal se puede observar el bullicio de los pubs junto a la catedral. Pero no son los mejores de la ciudad. La búsqueda de la mejor cerveza tibia artesanal puede requerir una mayor dedicación.

El restaurante mencionado es un rincón inglés en una ciudad en la que se pueden degustar cocinas de todos los continentes. Hay un barrio chino con variedad de oferta. La milla del ’currie‘, donde se aglomeran los establecimientos de comida vagamente descrita como india, está en el sur de la ciudad y es famosa en Inglaterra.

Pero quizás el lugar más propicio para saborear la cultura de esta ciudad es el salón de té en la Sala de Esculturas en el edificio del Ayuntamiento (Town Hall). Un lugar donde apreciar el paso inexorable del tiempo entre prohombres que merecieron estatua y desde el confort inconfundible de unos sofás tapizados con cuero.
 

Yushiro

V.I.P.
La verdad que me gustaría visitar Inglaterra, pero entre otros problems está el avión que aún no me hago a él. Haber si cuando empieze a ir a Canarias a la P*** fuerza(se me vá a estudiar la niña allí) se me vá el tilingui:icon_bigsmile:, gracias por el artículo Usu, está muy bién.(Y)
 
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