La comunidad etarra de Cuba agradece el trato recibido en La Habana

Hann

Dealer
Se desmarcan de los «balseros», a quienes tachan de «intoxicadores» por sus críticas al régimen cubano

El autodenominado Colectivo de Refugiados Vascos en Cuba cierra filas en torno a la Revolución cubana y aseguran sentirse agradecidos por el trato recibido por las autoridades de La Habana.

Al menos así lo manifestaron de manera oficial por medio de un comunicado en el que se desmarcaban de las quejas de sus compañeros Elena Bárcenas y Javier Pérez Lekue, quienes calificaron la isla como una «cárcel» y trataron de huir de ese país junto al también etarra José Etxarte a bordo de un velero que fue interceptado en Venezuela el pasado 30 de agosto.

«Las autoridades cubanas nos han tratado durante estos 27 años, tanto a nosotros como a familiares y amigos con todo respeto. En ningún otro lugar del mundo ha tenido el refugiado político vasco el respeto y la consideración que ha tenido en este país, tanto por las autoridades como por parte del pueblo cubano», afirma el colectivo en el comunicado al que ha tenido acceso Europa Press.

De este modo, la comunidad etarra en la isla salía al paso de manera «obligada» tras la carta abierta de Bárcenas y Pérez Lekue firmada el pasado 8 de febrero y en la que, entre otras cosas, denunciaban que

Cuba había «pasado de ser un país de acogida a carceleros, al menos para aquellos que desean abandonar la isla».

Pasaportes expedidos por la ONU
El Colectivo de Refugiados Vascos en Cuba tacha esta carta de «tendenciosa» e «intoxicadora» y rebate sus argumentos recordando que en 1984 los gobiernos de Francia, España, Cuba y Panamá acordaron la llegada de los primeros etarras que se encontraban deportados en territorio panameño.

Podían acogerse al asilo cubano «de manera voluntaria, con carta de petición, y por espacio mínimo de seis meses». Según explican, para entrar en Cuba debían portar un «pasaporte legal-oficial expedido por la ONU en Panamá, según el convenio de Ginebra de 1951 y en el que se especificaba: "no está autorizado para regresar a Panamá y a España"».

«Podíamos permanecer en Cuba el tiempo que deseáramos, trabajando, estudiando, con entera libertad y podíamos irnos del país cuando quisiéramos, de ahí la exigencia cubana del documento de viaje legal para entrar en Cuba. Si salíamos del país no podíamos retornar por razones obvias», explica el comunicado en el que además indican que en aquellos acuerdos alcanzados en 1984, «no existió ningún compromiso cubano sobre "salidas operativas" ni sobre temas clandestinos».

Fuente: abc.es
 
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